domingo, 19 de junio de 2011

De no ser reciclados adecuadamente los bombillos ahorradores podrían causar contaminación mercurial


Cuando se quema o rompe un bombillo ahorrador probablemente vaya directo a la basura. Este simple acto puede representar un peligro para la salud y para el ambiente. Concientes del riesgo que representa el incorrecto manejo de los de los desechos de los bombillos fluorescentes, la Escuela de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela elaboró un comunicado en el que manifiesta su preocupación sobre el impacto ambiental que puede generar la contaminación mercurial por el uso masivo de los ahorradores de electricidad.
El comunicado, aprobado el pasado 17 de marzo en Consejo de Escuela, está basado en un texto elaborado por el profesor Luis Gonzalo Morales, investigador del Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET) de la UCV. En el documento se explica que el 5 de marzo de este año el líder del equipo de sustitución de bombillos de la Gerencia Funcional de Desarrollo Social de la Electricidad de Caracas, Luis Gerardo Durán, indicó que el reemplazo de bombillos incandescentes por fluorescentes, alcanza aproximadamente los 48 millones de unidades cambiadas en un periodo de 4 años, que además es el tiempo aproximado de vida útil de los bombillos.
Cada lámpara fluorescente contiene 5 miligramos de mercurio, cantidad suficiente para contaminar 5.000 litros de agua. Eso significa que si la política del Estado es mantener el uso de estos focos y se mantienen las cifras actuales (50 millones de unidades cada 4 años) cada 10 años se lanzaría al ambiente una tonelada de mercurio.
Ante estos números la directora de la Escuela de Biología de la UCV, Guillermina Alonso, señala que la situación podría ser delicada si no se ejecutan programas, campañas de información y se desarrolla la infraestructura necesaria para proceder al desecho final de los bombillos. Sin embargo, tanto Alonso como Morales en su texto, enfatizan en la importancia de utilizarlos porque generan un ahorro importante en el consumo energético. Además, con el calentamiento global la utilización de bombillos incandescentes resulta inviable como alternativa para la iluminación. Lo importante es el manejo al momento de su desecho.

Un aporte al Estado

Un par de veces al año se reúnen en los Núcleos de Decanos de Ciencias, los directores de las Escuelas de Química y Biología de todas las Escuelas para establecer los lineamientos académicos de las dos Escuelas. Allí, hace tres años surgió una propuesta que fue entregada al Ministerio del Ambiente en la cual se plantea todo un sistema de disposición final de los desechos.
La profesora Guillermina Alonso, indicó que desde que lo entregaron hasta el día de hoy no han recibido respuesta por parte del ente oficial.
Sin embargo, invita a las autoridades en caso de que requieran nuevamente el proyecto a localizarla para entregárselos nuevamente.
Además, puso a disposición a la Escuela de Biología de la UCV para entrenar al personal que se encargue de elaborar campañas informativas y a quienes se encarguen de la disposición temporal de los bombillos.
-En diciembre de 2009, la coordinadora del equipo sustitución de bombillos de Corpoelec, Mirna Vargas, indicó que los consumidores de bombillos ahorradores deben dirigirse a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), así como a las sedes de Pdval y Mercal para entregar los bombillos quemados en su caja original para evitar fractura.
El punto clave del manejo adecuado de los bombillos ahorradores es el almacenamiento, si no se almacenan adecuadamente se rompen y liberan el mercurio al ambiente.
En Venezuela, la Ley sobre Sustancias, Materiales y Desechos Peligrosos, en establece su artículo 55 que la disposición adecuada para este tipo de materiales es colocarlos en contenedores especiales que anulen su potencial contaminante. A finales de enero de 2010, la Directora de Calidad Ambiental del Ministerio del Ambiente, María Matos, anunció que el Estado construirá rellenos de seguridad para la disposición final de sustancias en varias regiones del país.
El propósito es desechar adecuadamente materiales peligrosos como el mercurio que contienen los bombillos fluorescentes. Junto a Corpoelec, el ministerio realizará la compra de tres máquinas que encapsularán el vapor del mercurio de las bombillas. Luego se llevarán a rellenos especiales en Bolívar y Zulia. El informe del profesor Morales señala que se desconocen los detalles sobre la idoneidad de Pdval o Mercal como centro de acopio de materiales tóxicos.