jueves, 27 de septiembre de 2012


Cómo funcionan las placas solares termodinámicas para ahorrar energía, cual es la razón por la que se conoce como una energía limpia.
Técnicamente podemos explicar de forma básica como es que funcionan los paneles solares termodinámicos, a través de caños son introducidos un fluido liquido que es conocido como < 407A o 134A>, este liquido trabaja dentro de un rango de –5/-15ºC. El refrigerante que se introduce no es dañino para el medio ambiente ni los humanos, esto significa que no contiene ningún tipo de toxicidad, no perjudica la atmósfera ni daña la capa de ozono, es respaldado, aprobado y avalado por Kioto.
Este tipo de tecnología, es muy favorable en estos días, producto de la gran radiación solar que sufre el planeta, los paneles solares termodinámicos, van acumulando calor al captar la radiación solar, pueden observe la temperatura superior producida en el ambiente, tanto con sol o lluvia.
El proceso que genera la variación de temperaturas, hace que se provoque una gasificación en el fluido <liquido>, estos gases son enviados a un determinado bloque termodinámico, al llegar a este punto el compresor instalado en el bloque, al aumentar la presión, se eleva la temperatura del fluido la cual llega a alcanzar unos 110/130ºC, cuando este calor es trasmitido al circuito de agua generada por un intercambiador de temperaturas.
Es de esta manera que se logra generar agua caliente a una temperatura de 50 a 55ºC, gracias a la energía del ambiente natural <lluvia ,sol, viento>que están en permanente trabajo las 24 horas.
Como podemos ver es posible conseguir un rendimiento energético <COP> producidos por las placas solares del tipo PST, estas son utilizadas en la mayoría de los modelos conocidos que logran superar los niveles de las bombas de calor que alcanzan a 4. mientras este sistema alcanza los 7.5.

jueves, 19 de abril de 2012


Tecnologías de Reciclaje

Al final de su vida útil, los aparatos eléctricos y electrónicos han de ser tratados mediante un proceso que ofrezca garantías para recuperar los componentes aprovechables y tratar adecuadamente los potencialmente peligrosos.
Antes de desmontar, triturar, cortar, prensar, ... deben extraerse todos los componentes y sustancias que pueden suponer un riesgo ambiental o sanitario.
Entre estos componentes potencialmente peligrosos se encuentran sustancias que contribuyen a la desaparición de la capa de ozono (gases refrigerantes CFC de frigoríficos, congeladores, sistemas de aire acondicionado, bombas de calor, deshumidificadores, etc.), PCB (agentes cancerígenos contenidos en los condensadores de muchos aparatos), metales pesados, tubos de rayos catódicos (panel de vidrio que contiene metales pesados como el bario, el estroncio o el plomo), materiales pirorretardantes bromados, que protegen contra la inflamabilidad (en circuitos impresos o conectores y cables).
Para mayor información y detalles visite la siguiente dirección:

miércoles, 11 de abril de 2012

miércoles, 25 de enero de 2012

Así son los planetas más parecidos a la Tierra...


Kepler


La Tierra
La Nasa ha anunciado este martes el descubrimiento de dos nuevos planetas de tamaño casi idéntico al de la Tierra. Ambos se encuentran en órbita alrededor de una lejana estrella, Kepler 20, a unos 950 años luz de distancia, y han sido bautizados como Kepler 20e y Kepler 20f. Enun artículo que publica esta semana la revista Nature, Francois Fressin, del Instituto de Astrofísica Harvard Smithsonian, explica que se trata de los dos planetas más pequeños jamás detectados hasta ahora en la órbita de una estrella similar al Sol.
Uno de los dos nuevos mundos, Kepler 20f, es apenas un 3% mayor que la Tierra, mientras que el otro es algo más pequeño (su radio equivale a 0,87 veces el de nuestro planeta). Los dos parecen ser rocosos, pero sus elevadas temperaturas superficiales, (815 y 426 grados respectivamente) impiden que sean candidatos a albergar alguna forma de vida, por lo menos tal y como nosotros la conocemos.
Fressin y sus colegas afirman que ambos planetas podrían tener composiciones muy similares a las de la Tierra. Basándose en las proporciones de los diferentes minerales que componen nuestro planeta, los investigadores se atreven a aventurar que, al tener un radio similar, los dos nuevos mundos están hechos de un 32% de hierro, concentrado en sus núcleos, y de un 68% de silicatos en sus mantos. Además, el más exterior de los dos planetas (Kepler 20f) podría incluso haber desarrollado una tenue atmósfera de vapor de agua.

La búsqueda de vida

Antes de hacer público el hallazgo, los investigadores analizaron los datos recogidos por el telescopio espacial Kepler durante 670 días, un periodo durante el que se registraron hasta cinco señales de tránsito periódico en la estrella Kepler 20. Cada señal corresponde al paso, o tránsito, de un objeto entre la estrella y nosotros, lo cual provoca un ligero descenso de su luminosidad y revela a los astrónomos la presencia de un nuevo planeta. Hasta ahora, sin embargo, sólo se conocían tres planetas gigantes orbitando alrededor de Kepler 20 (Kepler 20b, c, y d). Las dos señales adicionales, no detectadas hasta ahora, revelaron la existencia de los dos nuevos mundos.
El hecho de que las dos nuevas señales fueran mucho más pequeñas que las otras tres conocidas reveló de inmediato a los investigadores que se trataba de planetas más pequeños que los tres ya conocidos, con periodos orbitales de 6,1 y 19,6 días, respectivamente, y con radios muy similares al de la propia Tierra.
A principios de este mes, otro grupo de investigadores anunció el hallazgo de Kepler 22b, otro planeta «terrestre» con una temperatura superficial de unos 22 grados centígrados. Sin embargo, su tamaño (2,4 veces la Tierra) hacen pensar que es demasiado grande como para tener vida y que podría parecerse más a Neptuno, con un núcleo sólido y una superficie gaseosa y, solo tal vez, líquida.
Sea como fuere, este hallazgo acerca un poco más a los planetólogos hacia su objetivo final: encontrar un mundo gemelo de la Tierra. Para conseguirlo, además del tamaño, deben darse otra serie de condiciones: que el planeta en cuestión orbite alrededor de una estrella similar al Sol, y que lo haga, además, a una distancia concreta, la que permite que en su superficie pueda haber agua en estado líquido. «El objetivo del telescopio espacial Kepler -asegura Fressin- es encontrar planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de sus estrellas». La búsqueda, según la opinión generalizada de los científicos, está llegando a su final, y son muchos los que piensan que la «nueva Tierra» está muy cerca de ser descubierta.